¿Necesito un abogado?

Para hacer cumplir plenamente las leyes estatales y federales que protegen a los empleados contra las acciones ilegales de sus empleadores, necesitará un abogado en muchas situaciones en las que tenga un problema grave con su empleador y necesite emprender acciones legales. La mayoría de los abogados que representan a empleados lo hacen porque entienden que los empleados no sindicados son relativamente impotentes frente a los empleadores.

Mientras que usted puede verse envuelto en un conflicto laboral grave sólo una o dos veces en su vida, algunas grandes empresas y sus abogados tratan muchos conflictos laborales cada día. La mayoría de las empresas tienen mucha más experiencia y recursos que usted para evaluar y tramitar reclamaciones. Un empleado que no haya consultado a un abogado puede estar en verdadera desventaja.

Tener éxito en un pleito laboral sin abogado (lo que se denomina presentación "pro se") es prácticamente imposible. Además de conocer la ley (sólo una parte de la cual se cubre en otra parte de este sitio web) y los procedimientos judiciales asociados, un abogado sabrá qué información necesita para ganar, cómo obtenerla, cómo presentar testigos y documentos al tribunal y al jurado, y cómo evitar que una empresa y sus abogados utilicen tácticas desleales para ganar el caso. No cometa el error de pensar que va a ganar y ahorrarse algunos honorarios de abogados llevando el caso a juicio por su cuenta. Podría acabar sin nada. Peor aún, podría terminar teniendo que pagar a su empleador por los gastos en que incurrió al defender su demanda.

Estas son algunas de las situaciones en las que se recomienda encarecidamente hablar con un abogado inmediatamente:

• Le preocupa cómo le tratan en el trabajo o si su despido fue legal;
• Está pensando en renunciar a su empleo debido a la conducta aparentemente ilegal de su empleador;
• No quiere o no puede negociar con su empresario la indemnización por despido;
• No comprende claramente sus derechos o no está seguro de la acción adecuada que debe emprender tras su despido;
• Se acerca el final de su "plazo de prescripción" o fecha límite para presentar una demanda y aún no está seguro de cómo o dónde presentar una reclamación;
• Le presionan para que firme un complicado y extenso "descargo de responsabilidad" que no comprende del todo;
• Quiere presentar una demanda ante un tribunal estatal o federal;
• Sabe de muchos otros empleados que quieren interponer el mismo tipo de demanda contra el mismo empresario;
• No está satisfecho con la investigación de su queja por parte de un organismo gubernamental (como la EEOC);
• Tiene pruebas contundentes de que su despido fue ilegal.

Si se demora en ponerse en contacto con un abogado, no sabrá qué puede hacer para evitar que su situación empeore y es posible que no documente adecuadamente los acontecimientos a medida que se producen. Dado que es su carga demostrar un motivo ilegal, como la discriminación o las represalias, debe documentar las pruebas que apoyan sus reclamaciones. Si no documenta los hechos a medida que suceden, es posible que más adelante no disponga de las pruebas necesarias para demostrar su caso. Necesita documentos o un testigo que confirme los hechos y acontecimientos. Si es su palabra contra la de su jefe, será muy difícil probar su reclamación.

Ejemplo: si le hacen una mala evaluación de su trabajo, le ponen en un "plan de mejora del rendimiento" y luego le amenazan con despedirle, un abogado le ayudará a evaluar sus posibles reclamaciones y cómo documentar su caso. Normalmente, el empresario tiene mucha experiencia en documentar el bajo rendimiento para defenderse de las reclamaciones. Sin embargo, si documenta los hechos de forma que refute los motivos de la acción adversa, el empresario puede echarse atrás.

Sin ayuda legal desde el principio, es posible que no esté preparado para rebatir la razón aducida por el empresario para su mala evaluación o despido.